domingo, 6 de abril de 2014

PERO CUANDO ME SINCERO CONMIGO MISMA...

El amor no se encuentra entre mis más profundas convicciones, claro está que si realmente estuviera segura de ellas no me arrepentiría de muchos de mis actos ni continuaría desafiándome ni llevándome hasta mi más lejano límite. El amor es un juego que no logro entender, y opto por no jugar a él. Me he convencido a mi misma, y a los que me rodean, que yo estoy por encima de los asuntos del corazón, sobretodo porqué he visto como carcomen y despedazan a la gente a la que respeto. Tengo la sensación que el deseo de la gente de encontrar la unión perfecta con otra persona es la fuente de mucha infelicidad. Eso me convence aún más de que yo no estoy hecha para amar.

Pero cuando me sincero conmigo misma, me pregunto si esta postura que adopto es una simple defensa, o si realmente mi subconsciente no quiere que sufra.

Se vive bien sin amar ni ser amado, de momento. Es ese de momento el que me da miedo, el que me hace pensar que llegará el momento de mi vida en el que ame y sea amada. Eso me aterra.

J.

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